lunes, 23 de agosto de 2010

Chufa y rechufa sutil

Me gusta mucho la chufa. Libo bebidas espirituosas con el afán de un coleóptero. Merodeo el recipiente ya pegajoso y lo introduzco con premura en la nevera. Mi cerebro se atrofia y retuerce como una pasa. Una espesa horchata ha diluido la circulación de otros líquidos más briosos. Necesito licuar esta languidez. Y después de trasegar el brebaje... ¡estaré preparado para romper a hablar en el lenguaje piripisténico! El léxico es amplio y variado. Hay toda una plétora de prefijos, sufijos, diminutivos y aumentativos que confieren un significado específico a cada palabra. No se trata tan solo de compuestos o neologismos.... Bueno, dejo la propedéutica y me lanzo a mostraros un objeto perdido y hallado en el cerebelio (sic) recientemente...
En el suelinóleo una bochinche golofleta garrapatalea por alcanzorarse ante los curiosetos.
EL cochinete zarrapatro y bigotil menea los efluvios en su pizpireta colilla trufada de dulces gamusinos.
Bigornia y demás panes se han declarado en una huelga inicua. Les aseguro que mi paciencia es infinita pero tiene un límite, ¿les suena?




2 comentarios:

  1. ¡Evohé! ¡Evohé!...
    Noto cierta sorna no exenta de admiración y cariño...
    Don Chuflo, quizá ustez no se pergate, pero no nos anda tan lejos en amaneramientos léxicos a las cuchufletas redichas... Remiau.

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  2. Totalmente cierto. Esta pantomima lleva implícita un rendido homenaje a mi parentela barroca. La cuchufleta, las asomaduras curiosetas, el terciopeludismo... me privan y provocan estos grititos léxicos. O sea que de sutil nada, me imagino...

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