miércoles, 28 de julio de 2010

Fusilador conparte esquina con fusilado

La otra tarde paseaba por el barrio de Salamanca pegado a las líneas de sombra cuando ese mismo trazado me hizo advetir un azar de lo más socarrón e inquietante, porque delinea la historia de España de un forma paradigmática, que dirían los pedantes y yo mismo. La calle Príncipe de Vergara, es decir el título que ostentaba el general Baldomero Espartero, vencedor de las guerras carlistas y caudillo pretoriano de la "liberal"epoca isabelina hacía esquina con la calle Diego de León un otro pretoriano-golpista romántico. Diego de León era tan romántico que pidió dirigir la ejecución de su propio fusilamiento dano las ordenes pertinentes, tras intentar forzar a Isabel II a dar un giro al regimen. Fracasó porque Baldomero estaba allí para impedirlo y ahora el callejero urabano les ha brindado la posibilidad de que cohabiten monumentalmente. Para que memoria histórica, si ya llevamos incorporada nuestra pura intuición histórica.


Nuevas noticias del proceso judicial en marcha contra el clima veraniego. María Reza, la jueza titular, ha decretado la suspensión cautelar de las actividades del sol. Sus abogados han interpuesto un recurso por el que exigen una indeminzación de 7000000000 decalitros de sudor humano producido por la simple sensación de calor, sin ningún esfuerzo añadido (lo estropea por lo visto). El abogado ha aducido la máxima bíblica reinterpretada; "Te ganarás el frescor con el sudor de tu frente". Seguiremos ¿informando?

sábado, 24 de julio de 2010


Malinterpretar los gestos. El caso "Pulpo Paul"

Que Emilio Botín sea el presidente del más importante y poderoso banco español, que Beatriz Corredor sea ministra de Vivienda, o, por remontarnos en el tiempo, que Jose Luís Cortina fuera uno de los mandos del CESID (los servicios secretos) durante el 23F con una actuación cabalmente opaca en la intentona golpista, no suponen más que casualidades. Como máximo podremos gozar un ejercicio de homonimia tangencial. Y lo afirmo sin atisbo de ironía. Constituyen azares felices. El ascenso del pulpo Paul a fetiche nacional más cotizado corrobora aún más este argumento. Allí donde muchos insisten en ver conexiones causales misteriosas y subyugantes impugno la afirmación del azar como una de las más bellas necesidades. Lo maravilloso es el cumplimiento del azar, no el de la superstición. El pulpo Paul abre la caja de cristal con la bandera española, se zampa el mejillón que contiene y muchas mentes morbosas y aburridas subliman el poder del animal para decantar la victoria de la selección española. ¡Que forma de causalidad tan retorcida! No la censuro por inviable, sino por enfermiza. Lo cabal, lo sano, es afirmar el cumplimiento del azar. La única manera posible de no juzgar la vida "desde fuera", como inocente o culpable. No rechazo la superstición por indemostrable, que lo es, sino sobre todo por estrecha.


jueves, 22 de julio de 2010

El ajuar de mi mudanza

Poseo una corte itinerante similar a las de los reyes merovingios y carolingios. Desde luego, mis tumbos carecen del tonelaje de ambas dinastías. Y mi perímetro deambulatorio resulta netamente urbano. Sin embargo, he acometido tantas mudanzas que ya no quedan pieles con las que remendar las maletas. Hay algo, en cualquier caso, que alivia la angustia de tener que reinventarme en actos y decisiones reflexivos, aunque no simplemente mentales. El paralelo con la rutina de vestirse y desvestirse parecía bastante sospechoso. ¿Qué ocurriría si entre adultos se instaurase la costumbre, no por incapacidad, de vestirse y desvestirse, incluyendo la ropa elegida?¿Qué cambios suscitaría en la identidad de cada individuo? ¿Y la relación entre el vestidor y el vestido? ¿Quién perpetraria semejante tarea, acaso profesionalizada? Hay hombres, maridos, que no saben nada del estado de su ropa, tan solo falta que les vistan y desvistan. Por todo ello he concebdido un ajuar mudantino. La operación consiste en realizar en primer término una implacable purga. Una catársis desprendida de cualquier acceso melancólico. El síndrome opuesto al del Mesías cuando fue despojado de sus vestiduras, depósito de todo el lastre humano liberado en una expiación suprema. Tras la purga, cabe preguntarse qué queda y qué permanece, nunca antes por supuesto. Y uno de esta forma va dejando un resto en cada mudanza que se deshace como la basura y la memoria. No debe quedar resto alguno. Solo así he logrado evitar la íntima esquizofrenia que me asolaba en cada mudanza. Sabía perfectamente que no existiría encuentro, que nunca el Uno, el individuo se encontraría consigo mismo en dichos momentos. Porque no hay nada, y además no tienen ningún interes,salvo el morbo de no ser desangrado por el tiempo. Entonces enviaba por correo una serie de prendas. Como siempre he compartido piso, solicitaba a mis futuros compañeros que las ubicasen con instrucciones más o menos confusas. Inventaba cualquier excusa, como que me encontraba fuera de la ciudad y llegaría en unos días, para no iniciar la convivencia por caminos equívocos. Y al llegar, allí estaba aguardandome, como una membrana que podía atravesar fantasmalmente, mi ajuar mudantino.

Admitida a trámite las querellas contra el clima veraniego

He encontrado en un papel arrugadísimo de la mesa del salón de mi piso el siguiente texto imprimido recientemente. Estoy casi seguro que pertenece a mi compañero de piso, becario en el periódico El País. 700 euros de sueldo al mes, sin incluir desplazamientos ni llamadas, jornadas de 10 a 12 horas, y una vida zapatillesca por el Madrid más calcinante. Últimamente no le he visto mucho. De hecho, hace tres días que no se donde anda. Es un gallego que me hablaba del calor seco madrileño, y de como flota desde todos los rincones. De esa manera sorda y alucinógena, antitética de la humedad. Por su interés reproduzco el texto a continuación...

El pasado 18 de julio del presente año han sido admitidas a trámite dos querellas contra el clima veraniego. La primera, realizada como acusación popular, por la Asociación Cromos Madrileños difiere en algunos aspectos de la segunda, a cargo de Fulgencio Ramirez. Este ciudadano asegura no haber pasado un verano fuera de Madrid en los últimos 27 años. Afirma que le asiste todo el derecho para exigir una justa reparación. La cifra en un viaje al astro rey donde podrá portar un traje hecho de hielo sin que este ceda en su punto de congelación un solo grado centígrado. La juez, María Reza en su auto encausa al estiaje por contínuos perjuicios al sueño más profundo y liviano, delitos contra la frescura de la carne humana y el derecho a vivir sin aire artificial. Imputa además al astro Sol, como cómplice en primer grado, y al viento por omisión de auxilio. La defensa ya ha presentado sus enmiendas derritiéndo el coche de la juez y adhiriendo a sus respectivos álbumes a todos los miembros de Cromos Madrileños.
El gobierno ha tratado, con cierto ventajismo, de adelantarse a los acontecimientos y mediar en el conflicto con un decreto-ley por el que quedan prohíbidas cautelarmente las actividades meteorológicas en pro de la autodenominda salud climática.... Seguiremos perpetrando.